Las empresas que no tengan un posicionamiento público bien construido sufrirán, tarde o temprano, alguna grave crisis política o regulatoria. El posicionamiento es el territorio conceptual que queremos conquistar para fortalecernos en nuestras batallas venideras. Si el posicionamiento de nuestra empresa o asociación no está bien anclado en un terreno adecuado, nos encontramos en una situación de fragilidad dentro del complejo espacio público, lo que puede complicar la defensa de nuestros legítimos intereses.
Cuando nuestros perfiles como compañía son difusos, perdemos visibilidad, centralidad y relevancia, lo que puede provocar que un Gobierno no nos reciba, que nuestros intereses no sean tenidos en cuenta en en una regulación que está gestándose o que una decisión institucional desconozca nuestra realidad como empresa en el territorio en el que operamos.
A la hora de proyectar el posicionamiento de una compañía o del issue que le interesa gestionar en un momento concreto, hay dos cosas a tener en cuenta: el marco de posicionamiento adecuado y el anclaje al mismo.
¿Qué entendemos por marco de posicionamiento adecuado?
El posicionamiento es el territorio conceptual que nos interesa conquistar. Se trata del marco de juego, el frame, allí donde queremos dirigir el foco de atención sobre nosotros y nuestros intereses, para librar también ahí las batallas ideológicas. Por ello, el marco de posicionamiento siempre es semántico y conceptual, pero también ideológico y político.
El posicionamiento tiene mucho que ver con las palabras. Las palabras construyen la realidad, son las palabras las que nos posicionan y es la semántica la más poderosa herramienta para ganar el debate ideológico y político que también libran las empresas. El framing, en palabras de George Lakoff, es el marco conceptual que determina el posicionamiento.
Pensamos con palabras y miramos la realidad con el lenguaje. La realidad se construye a través de nuestras percepciones edificadas con palabras. Por eso, elegir bien tu posicionamiento como empresa, o el del tema que te interesa defender, es una cuestión crítica para centrar un debate político, social o regulatorio y tener posibilidades de ganarlo. Los individuos estamos expuestos a múltiples informaciones y estímulos, pero la forma en la que éstas se nos presentan condiciona claramente nuestras respuestas y elecciones.
Por lo tanto, la forma en la que se presentan y son percibidas las empresas influirá de manera determinante en quien tiene que tomar decisiones que afecten a sus intereses.
Abordaremos cómo anclarnos a ese posicionamiento en un próximo post.