Me comentaba hace unos días un alto funcionario de la Unión Europea que las consecuencias más graves de la retirada de Reino Unido se harían más evidentes cuando se defina la nueva organización de la Unión una vez se haya efectuado la salida. En su opinión y en la opinión de muchos ciudadanos europeos el Brexit es una mala noticia.
El Brexit se produce tras un referéndum que se celebró en el año 2016, por el que salió una mayoría muy ajustada (apenas 1,7 % – 1,8 %) a favor de la retirada de Reino Unido de la UE. A partir de ese momento, el Gobierno de Theresa May puso en marcha jurídica y políticamente lo que supone el cambio más importante de la UE en los últimos cuarenta y tres años. ¿Cómo lo hizo? Lo hizo a través de una carta, el 29 de marzo de 2017, que envió a los presidentes de dos de las tres principales instituciones europeas, al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. En esta carta May dijo «señores, nosotros queremos estar fuera de la UE en 2 años», periodo que fija el Tratado de Lisboa para la negociación de retirada.
El Tratado, aplicando su ya famoso artículo 50, permite negociar la salida de un país. Se trata de un artículo especialmente duro, que se hizo para intentar disuadir a quien se le pasase por la cabeza la idea de abandonar el gran trasatlántico de la Unión. ¿Y qué es lo que nos dice el artículo 50? Primero, que quien quiera retirarse tiene que enviar un escrito, como hizo la primera ministra May, y que como dijo el jefe negociador del Brexit para la UE, Monsieur Barnier, The Clock is ticking (comienza la cuenta atrás). Por lo tanto, se abriría el plazo de veinticuatro meses para negociar y ratificar el acuerdo de retirada.
En segundo lugar, en este periodo hay que negociar dos cosas; la desconexión, de los nada más y nada menos que cuarenta y tres años de relación del RU con la UE y, a su vez, negociar el marco de la futura relación. Hoy por hoy, parece imposible negociar la relación futura porque RU sigue siendo un Estado miembro, pero hay tan poco tiempo, que tienen que definir cómo quieren que sean los próximos años. Pues bien, ambos elementos: acuerdo de retirada o desconexión, y la declaración política, que es el marco de la relación futura, es lo que se está negociando en el Consejo Europeo con la Comisión Europea.
En tercer lugar, lo que dice el artículo 50 es cómo se establece esta negociación, y lo que es más importante, cómo tiene efecto la misma. La negociación se lleva a cabo por parte de la Comisión, el Consejo, y una clave para este acuerdo que es la ratificación parlamentaria. Ratificación por parte de la UE a 27, que es algo relativamente sencillo. Esta se hará en el Parlamento Europeo, en una sesión plenaria y por mayoría simple. Pero también ratificación por parte del Parlamento Británico, por la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes, que es donde según estamos observando está el gran desafío del final del proceso.
Finalmente, conscientes como fueron los que negociaron el Tratado de Lisboa de que quizá sería muy difícil en veinticuatro meses cerrar la negociación, la última disposición del artículo 50, nos da una pista o escapatoria. Si en esos dos años no se consigue el acuerdo, los 28 líderes, Theresa May y sus pares, podrían ampliar el periodo más allá de marzo de 2019, fecha en la que se marcharía RU. Esta situación nos llevaría a nuevas consideraciones. Va a haber una nueva Comisión, un nuevo Parlamento y RU seguiría en las instituciones comunitarias.
Negociación y acuerdo
El primer elemento destacable del proceso en marcha es la gran dificultad que supone esta negociación para todos los países, para las regiones y para sus ciudadanos, lo cual llevó a los líderes en un Consejo Europeo a decidir que todos los Estados miembros fueran representados por una sola institución y por una sola persona. Esta institución es la Comisión Europea y la persona encargada de liderar es Michel Barnier, quien junto a su equipo (un total de 60 personas) preparan la posición negociadora de la UE que presentan en las reuniones con el negociador de RU, que primero fue David Davis y ahora Dominic Raab.
Segundo elemento, muy importante de la negociación Brexit, es la unidad de los veintisiete Estados miembro a favor de la permanencia en la Unión, la cual existe y es cierta. Y tercer elemento destacable es el hecho de que en la negociación se ha cuidado con especial interés la transparencia. En la página web de la Comisión, se pueden encontrar miles de páginas de posición y de análisis, de seminarios y de reflexiones sobre las negociaciones. Esto no quiere decir que todo sea público, ya que hay que tener un margen para la negociación antes de que esta se produzca.
Analizado el procedimiento, ¿en qué punto nos encontramos? Ayer por la noche las partes negociadoras han publicado el borrador del acuerdo final el cual está cerrado casi en su totalidad. Los puntos más destacados son:
- Se ratifica el acuerdo alcanzado en el mes de diciembre del pasado año respecto a los ciudadanos. Básicamente, quienes estén protegidos por los derechos actuales lo seguirán estando después de la retirada del RU de la UE, siempre y cuando esos derechos hayan sido ejercidos antes del periodo transitorio, es decir, en diciembre de 2020.
- El segundo aspecto importante sobre el que hay acuerdo es el monetario. Aunque el planteamiento británico era el de “esto es como un club, me voy y dejo de pagar” la realidad es mucho más compleja: la UE es un proyecto en el cual los presupuestos se fijan por un periodo de cinco años y los compromisos establecidos por este periodo se tienen que cumplir, y aunque un Estado se vaya a mitad del partido, seguirá pagando su contribución durante el tiempo que sea necesario. RU después de difíciles negociaciones lo acabó aceptando.
Los puntos que aún no estaban cerrados y que generarán fuertes debates para su ratificación son: la gobernanza, es decir, cómo se va a gestionar el acuerdo y cómo este se puede recurrir al Tribunal de Justicia; las indicaciones geográficas, lo que afecta a España en productos como el aceite de oliva, el vino, etc. Y por supuesto, los tres protocolos geográficos: sobre Irlanda del Norte, Gibraltar y sobre las bases soberanas británicas en Chipre.
Esto es en resumen el acuerdo de retirada, un texto público de 185 artículos con varios anexos. En las próximas 48 horas, los Estados miembros deberán analizar este documento y para el final de esta semana los embajadores de la UE-27 se reunirán para compartir sus comentarios sobre el mismo. Según declaración del presidente del Consejo Europeo Donald Tusk, si nada extraordinario sucede, el domingo 25 de noviembre a las 9:30 horas los 27 jefes de Estado se reunirán para finalizar y formalizar el acuerdo de Brexit.