Nos encontramos en un momento en el que los viajes se han convertido en una parte esencial de nuestro ocio. De acuerdo con diversas encuestas, estamos dispuestos a invertir en el turismo una parte importante de nuestro presupuesto. Así lo desvela, por ejemplo, el estudio realizado por Mastercard que destaca que un 59% de los españoles prioriza viajar frente a otras categorías de gasto de ocio.
Y ligado a ello, la búsqueda de la experiencia como factor determinante a la hora de elegir un viaje. Ya no se trata solo de visitar un lugar, sino de vivirlo de una manera única y memorable. Este cambio de paradigma ha transformado la manera en que se diseñan, ofrecen y comunican los servicios turísticos, colocando al viajero en el centro de la ecuación.
La experiencia como eje central del viaje
El viajero actual busca más que simplemente conocer un destino; desea sumergirse en su cultura, historia y vida cotidiana. Debido a este anhelo por experiencias enriquecedoras, han cobrado relevancia todas aquellas actividades relacionadas con la conexión con la comunidad local, desde tours gastronómicos que permiten degustar la cocina autóctona hasta actividades inmersivas como clases de cocina, talleres artesanales o noches en alojamientos tradicionales. La gama de opciones se ha diversificado enormemente y va a continuar haciéndolo en los próximos años.
Igualmente, la autenticidad también juega un papel fundamental. Los viajeros buscan experiencias genuinas que les permitan conectar con el destino de una manera profunda. Esto ha llevado a un auge del turismo sostenible y responsable, donde las actividades propuestas valorizan el entorno natural y cultural, beneficiando tanto a los visitantes como a los habitantes de los destinos. Así, según un estudio de Booking, cerca del 70% de los viajeros tenía previsto viajar de forma sostenible el pasado año, aunque el desconocimiento sobre cómo hacerlo y el precio eran dos barreras relevantes.
Y al mismo tiempo, estamos asistiendo a cómo la propia experiencia es la que se convierte en el destino: un concierto, un acontecimiento deportivo, un evento cultural, es el punto focal del viaje y articula el resto de servicios a su alrededor: transporte, alojamiento, restauración o compras. En estos casos, nos encontramos con que la localidad donde se celebra tendrá que esforzarse porque el visitante pueda vivir esa experiencia en las mejores condiciones de comodidad y seguridad posibles, y conseguir que el turista incorpore otras experiencias complementarias. Sabemos, por ejemplo, que el turismo deportivo genera en servicios complementarios más de 4.800 millones de euros en España.
Posicionarse como destino experiencial
Con un sector en pleno auge, la competencia es más fuerte que nunca y los diferentes operadores del sector tienen que buscar estrategias para no quedarse fuera de la selección de los viajeros. Algunas de las claves para destacar y construir valor presente y futuro son:
- La propuesta storytelling, en la que más allá de ofrecer un alojamiento, un restaurante o una actividad, los operadores se sofistican proporcionando un relato para convertirlo en una experiencia completa atrayente para los viajeros. Los hoteles se llenan de planes culturales y lúdicos, los restaurantes de propuestas gastronómicas de la mano de reconocidos chefs, y hasta los medios de transporte destacan su contribución a los destinos, y al acceso y logística de los viajeros.
- La recomendación inspiradora porque vivir un viaje, también es contarlo y nos encanta ver una experiencia en primera persona para terminar de decidirnos por esa aventura y disfrutarla en los días de espera hasta llegar al destino. Entender el poder de la recomendación y de la influencia es esencial para construir una marca turística experiencial sólida.
- La personalización con feedback, apoyada en tecnologías avanzadas como el análisis de datos o la inteligencia artificial que permiten comprender y adaptar la oferta a los gustos y necesidades de los turistas. Además, desde la escucha social podemos también identificar los ejes clave de la propuesta de valor más relevantes para los viajeros y destacar con contenidos que los recojan para alcanzar a nuestro target más afín. Y, por supuesto, ser capaces de mejorarla con la información proporcionada durante la estancia.
La experiencia del viajero se ha convertido en el núcleo del turismo moderno. Aquellos destinos y servicios que logran ofrecer experiencias memorables y satisfactorias no solo captarán la atención de los viajeros, sino que también se asegurarán de que estos regresen y recomienden el destino a otros. La experiencia del viajero no es simplemente un aspecto del viaje; es el viaje en sí. Y en un mundo cada vez más competitivo y conectado, la clave del éxito en el turismo radica en entender y satisfacer las expectativas y deseos de los viajeros, proporcionando experiencias que vayan más allá de lo ordinario y se conviertan en recuerdos inolvidables.