Hace unas semanas dejamos atrás FITUR 2024, el gran encuentro del sector Turístico a nivel internacional, y ya comenzamos a conocer las previsiones para la Semana Santa, el próximo período vacacional destacado en nuestro país que confirman el optimismo que se apuntaba en la feria.
Estas noticias son positivas y sugieren que nos espera otro año récord, pero también nos recuerdan que la competencia entre destinos, marcas, servicios y espacios es mayor que nunca. Si algo ha cambiado en los últimos años es que nuestro potencial turista es un target sobre-informado y sobre-estimulado al que tenemos que enamorar en la corta ventana de tiempo que dura su proceso de decisión.
Por eso, es el momento de cuestionarnos y revisar nuestras estrategias de marketing y comunicación actuales, para aprender a construir de forma que generemos una atracción auténtica, duradera y que acabe en recomendación. Si miramos de esta forma, seguramente comenzaremos a poner el foco en revisar todos los elementos que componen nuestra oferta de valor y potenciaremos las palancas que van a dar resultado, no solo en el corto sino en el medio y largo plazo.
Si tuviera que hacer una única recomendación sería convertir nuestra comunicación en una plataforma de y para las historias, comenzando por una reflexión sobre el storytelling y el branding de nuestra oferta ¿Qué es aquello que tenemos más auténtico y capaz de despertar emociones e inspirar el deseo de viajar? Una narrativa potente nos sirve además para aglutinar a todos aquellos aliados que componen junto a nosotros la oferta de valor: profesionales, administraciones, proveedores, comunidad local… Esta aproximación nos permite desarrollar un espacio propio pero orientado a compartir y construir juntos, algo absolutamente afín a este sector.
A partir de aquí, la clave es conseguir que la experiencia que disfruten los viajeros sea coherente y esté alineada con las expectativas que hemos generado. Dependiendo de la oferta podemos potenciarla con herramientas como el marketing experiencial o a través de contenidos enriquecidos y exclusivos. Todo ello con un objetivo principal en mente: favorecer la recomendación y la creación de contenidos por parte de los visitantes. De nuevo, son las historias las que van a guiar nuestra hoja de ruta.
El boca a boca presencial o virtual sigue a la cabeza en cuanto a motivos para decidirnos por uno u otro destino. Son las historias y las imágenes en las que se traducen las que permanecen en nuestra cabeza y se convierten en búsquedas. Por eso, redes sociales como Tik Tok, se están convirtiéndose en las plataformas donde los más jóvenes identifican sus siguientes experiencias.
Y, por supuesto, en este proceso hay que tener una gran capacidad de escucha ¿cómo recoger si no las experiencias para ayudar a construir nuestra narrativa?¿Cómo aprender de las opiniones para potenciar los aspectos positivos y corregir los negativos?¿Cómo trabajar para capitalizar nuestras fortalezas en un contexto de actualidad sobresaturada? Aprender de los propios clientes es la mejor forma de conseguir conectar con ellos e identificar las formas más eficientes de transmitirles nuestros valores y compromisos.
Aprovechemos un año que se apunta como excepcional para construir un valor que no desaparecerá cuando el último turista vuelva a su hogar, sino que seguirá resonando en su corazón… y en su conversación.
