Ya no vamos a comprar pensando solo en qué vamos a cenar o comer en un rato. Queremos saber si los huevos que adquirimos son de gallinas criadas en libertad, si tenemos alternativas plant based o si los productos que elegimos contribuyen realmente a la descarbonización, porque quien los comercializa emplea energías renovables…
De ahí que las marcas, que hasta hace poco estaban muy centradas en la innovación, cada vez se apoyen más en identificar las tendencias que marcan a los consumidores o hacia las que nos lleva el propio sector. La escucha y el análisis de lo que demanda una sociedad exigente y centrada muestra que no sólo queremos alimentarnos bien.
Queremos contribuir de alguna manera a hacer de éste un mundo mejor. La consecuencia es que, además de contar novedosos y potentes lanzamientos, estemos participando de un ejercicio de comunicación constante entre las marcas y el consumidor poniendo foco en esos valores diferenciales que quiere el segundo y que deben incorporarse al producto, para que este esté en nuestra cocina.
El resultado de todo ello es que las marcas están asumiendo costes extras que repercuten, en parte, en el bolsillo del consumidor. Por ello es clave establecer una buena estrategia de comunicación que traslade el valor diferencial de un producto innovador, pero también sostenible, seguro…
La comunicación como eje estratégico en el sector de la alimentación
No todos los consumidores recurren a las mismas fuentes de información y, por ello, es importante que las marcas ofrezcan en sus canales, a través del propio producto o mediante medios de comunicación, influencers, instituciones…, contenidos interesantes que resalten los valores diferenciales de la marca y que den respuesta a las exigencias del consumidor.
Para esto es indispensable desarrollar una buena estrategia de comunicación, que impacte de forma directa en el negocio, donde debemos tener en cuenta 5 tendencias clave; aspectos, que no solo están marcando la forma de comunicarnos con nuestros públicos, sino que también están modificando la forma de entender la comunicación dentro del sector de la alimentación y que son:
Emoción. Las marcas de alimentación tienen que generar un vínculo con el consumidor para favorecer esa fidelidad a un producto hecho por personas para personas. El consumidor tiene que identificarse con su cesta de la compra, y en el sector de la alimentación, esto tiene más relevancia que en otros. Ponerle cara al producto que estamos seleccionando es fundamental para seguir creciendo.
Sostenibilidad. El sector de la alimentación recibe un regalo de la tierra y debe tener el firme compromiso de respetarla, a través de la implementación de medidas reales y efectivas que contribuyan al respeto del planeta y la sociedad. Pero ojo, no solo podemos hablar de una sostenibilidad ligada al plano medioambiental, el compromiso es más global e implica ir más allá del marketing tradicional.
Transparencia. El consumidor no quiere ya una comunicación unidireccional, prefiere la bidireccionalidad. Las marcas tienen la “necesidad” de ser transparentes para ser creíbles y que su mensaje cale. De ahí, el usar nuevos agentes comunicativos como los “influenciadores”, a los que el consumidor percibe como un “igual” que favorece, en muchas ocasiones, la credibilidad del mensaje que estamos trasladando.
Compromiso. Con la salud, el bienestar, el territorio, el medioambiente… ¿greenwashing? No, gracias. El consumidor ha evolucionado, y las marcas han tenido que adaptarse a sus nuevas exigencias, por lo que no sólo vale comunicar bien las iniciativas. El cambio y el compromiso tiene que ser real, de lo contrario penaliza, pero… ¿cuántas marcas hay que estén comprometidas con la sociedad y siguen sin comunicarlo? ¿son conscientes del impacto negativo que esto supone?
Innovación. Dentro del sector de la alimentación, la innovación está jugando un papel fundamental desde hace años. Se destinan inversiones millonarias a este punto, que buscan reforzar a las marcas en el liderazgo del sector. La innovación tiene ahora un doble reto: dar respuesta a las exigencias del consumidor, aunando además las tendencias identificadas a las que las marcas no pueden dar la espalda.
5 tendencias del sector de la alimentación que tienen un denominador común: la comunicación. Y es que… ¿de qué nos sirve dar respuesta a las tendencias del mercado si no sabemos trasladarlo a nuestro consumidor de forma efectiva, con una comunicación coherente, que piense en global y que sepa adaptarse a nuestros diferentes canales y por tanto receptores? Ahora no va ya solo de hacer las cosas bien, va de saber contarlas con el objetivo de impactar.