La obtención de información es uno de los pilares fundamentales del proceso de inteligencia. Valorar la cantidad de información que se necesita para poder hacer un documento que cumpla con los objetivos previstos, es una de las principales dificultades a las que se enfrenta un analista a la hora de encarar un informe de inteligencia. Para ello, es necesario analizar estos objetivos marcados de forma previa y, a partir de ahí, valorar qué clase de información se necesita para dar respuesta a las necesidades.
Para elaborar un informe de inteligencia necesitamos hacer uso de diferentes tipos de fuentes de información. En este artículo haremos referencia a las denominadas “fuentes abiertas” ya que las “fuentes cerradas” son las conocidas como “secretas” o para cuya obtención se emplean procedimientos de carácter especial. Por lo general, un analista, a la hora de realizar un informe de inteligencia, utiliza un 90% de información obtenida de fuentes abiertas y, tan solo, un 10% de fuentes cerradas.
¿Qué es una fuente de información abierta?
Según Fernando Cocho, Profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, “por fuentes de información abiertas se entiende todo documento con cualquier tipo de contenido, fijado en cualquier clase de soporte (papel, fotográfico, magnético, óptico…) que se transmite por diversos medios (impreso, sonoro, audiovisual…), al que se puede acceder en modo digital o no y es puesto a disposición pública, con independencia de que esté comercializado, se difunda por canales restringidos o sea gratuito”.
Para comprender la diferencia entre los distintos tipos de fuentes abiertas existentes, debemos comprender cómo se estructuran. Las fuentes se pueden catalogar en fuentes primarias y secundarias.
Las fuentes primarias son aquellas que contienen información nueva y original fruto de un determinado trabajo intelectual. De esta definición se desprende que se trata de documentos primarios: libros, revistas científicas y de entretenimiento, periódicos, diarios, documentos oficiales de instituciones públicas, informes técnicos y de investigación de instituciones públicas o privadas, patentes, o normas técnicas.
Las fuentes secundarias contienen cualquier tipo de información organizada, elaborada, producto de un análisis, extracción o reorganización que provengan de documentos primarios originales. Son fuentes secundarias: enciclopedias, antologías, directorios, libros o artículos que interpretan otros trabajos o investigaciones.
A su vez, dentro de las fuentes abiertas es importante que establezcamos la diferencia entre datos de fuentes abiertas (OSD), información de fuentes abiertas (OSIF) e inteligencia de fuentes abiertas (OSINT).
Los datos de fuentes abiertas, las denominadas OSD, pueden provenir de prensa, radios u otras modalidades de información que deriven de fuentes primarias. El segundo tipo de fuente, la denominada OSIF, radica en relacionar los datos existentes sobre un asunto, generalmente mediante un proceso editorial que consiste en seleccionar, contrastar y validar la información y presentarla según una metodología. Es información genérica que tiene amplia difusión. Por último, se denomina OSINT, a aquella información que ha sido valorada, interpretada y difundida a un interlocutor definido dando respuesta a un objetivo específico.
Una de las principales ventajas de la OSINT es el bajo coste que tiene su producción siendo, a su vez, perfectamente compartible con otros sujetos aliados en el proceso de inteligencia. Otra característica que define a la inteligencia de fuentes abiertas es la rapidez en comparación con otro tipo de informaciones, sobre todo en aquellos casos en los que se utilizan fuentes clasificadas. En principio, este tipo de fuentes utilizadas con rigor, no suponen ningún tipo de riesgo para quien las utiliza.
Sin embargo, una de las desventajas que presenta la utilización de fuentes abiertas es que requiere de personal cualificado en búsqueda y tratamiento de grandes volúmenes de datos, es decir, expertos en análisis de big data. A su vez, y debido a esta gran cantidad de información, una persona con poca experiencia en este tipo de análisis puede cometer el error de tomar como válida una única fuente antes de realizar un proceso de validación o confrontación con otro tipo de datos de diferentes procedencias. La diferencia de formatos en los que se encuentra la información así como la variedad de lenguajes empleados son otros de los inconvenientes más habituales.
¿Cómo se explota OSINT?
Uno de los primeros ejercicios que se debe realizar a la hora de buscar información es analizar cuánto conocimiento tenemos -de forma previa a la búsqueda- sobre el asunto en cuestión. Esto permitirá encontrar parámetros, conceptos o teorías que darán una primera orientación.
¿Dónde buscar? La manera más rápida de buscar información es acudir a buscadores de internet que nos permitan hacer una búsqueda por palabras. Quizá aquí nos encontremos con el primer escollo dado que los buscadores tienen muy buena información, pero también información muy imprecisa. En este sentido, si nos encontramos en la tesitura de no saber por dónde empezar, el escenario ideal es buscar obras de autores de referencia que nos permitan obtener, en la gran mayoría de los casos, bibliografía o referencias más amplias sobre el asunto en cuestión. Es un trabajo muy sacrificado, pero que realizado de forma efectiva nos permitirá encontrar la información que necesitamos con un alto porcentaje de fiabilidad.
Si las herramientas tecnológicas son nuestro único utensilio, se pueden emplear procedimientos de búsqueda de información avanzados que nos permitirán filtrar y segmentar los contenidos buscados. Estos procedimientos son muy útiles si realmente los dominamos en su extensión y nos permitirán, incluso, encontrar referencias digitales de un determinado contenido que, aplicando los procedimientos habituales, no conseguiríamos obtener como, por ejemplo, documentación abierta pero no accesible por los canales habituales.
En definitiva, para realizar una búsqueda específica de información necesitamos establecer unos parámetros iniciales que nos permitan acotar la información y los lugares en los que buscar. El proceso de obtención de información es el más delicado ya que sustentará el informe de inteligencia posterior. Realizar una búsqueda de información sesgada o imprecisa hará que el informe de inteligencia pierda valor estratégico para el decisor.