¿Tiene futuro el futuro laboral?

Con esto de la pandemia todos nos preguntamos sobre la deriva que va a tomar esto del mundo laboral, y la respuesta es que nadie la tiene. Pero lo que todos tenemos claro es que la tecnología es la que va a marcar el ritmo del cambio. En este post en que evidencio que soy más viejo que la tos, no voy tanto a mirar al futuro sino a dar un vistazo al pasado para recordar cómo era el mundo en que vivíamos y que tal vez, nos ayude a intuir cómo es el que nos viene. Y digo tal vez porque todo lo que creamos, pensemos o intuyamos, puede cambiar a golpe de app. Veamos. Leamos…

Aunque podamos llegar a pensar lo contrario, los avances tecnológicos son los que determinan y marcan el ritmo de los principales cambios sociales, culturales, económicos y demográficos de nuestro planeta. Y como en menos de 50 años hemos pasado del cero al infinito en cuanto a posibilidades tecnológicas, pensar en las nuevas posibilidades laborales es como imaginar el presente en aquellos alejados años 80 en los que ni siquiera existía internet. Es cuestión, por ejemplo, de imaginar las posibilidades que, de conseguirlo, puede ofrecer la famosa red StarLink de Musk con capacidad para suministrar internet de alta velocidad, constante y asequible en cualquier lugar del mundo.

Windows llevaba ya unos años dando guerra, pero no fue hasta el 85 cuando realmente empieza a introducirse en hogares y compañías. Recuerdo que más o menos en el 89 con el lanzamiento del paquete office, trajeron a un tipo con manejo de Excel que para resumir su saber hacer, decía que era muy complejo porque trabajaba con millones y millones de casillas y datos. El mago de los número parecía el futuro, pero pronto pasó al pasado, pues sin pausa pero con prisa, los ordenadores empezaron a formar parte del skyline de la oficina.

Y llegaron los 90 e internet, y todo cambió a lo bestia. En el 94 se lanza el USB, la primera Play Station y nace Amazon que en principio solo vende libros, discos y películas, pero que en poco acaba vendiendo hasta su alma. Todo apuntaba que la carrera tecnológica no había hecho más que empezar. En el 96 unos informáticos surferos lanzan un servicio que cambia internet, Yahoo. Ese mismo año se comercializan los pendrives matando al resto de almacenamientos portables. El ritmo de lanzamientos de final de siglo es frenético, pero por entonces el mundo laboral ya había cambiado radicalmente. La informática como la mecanografía era un imprescindible del currículo, y las academias de informática como concepto genérico, proliferan como churros. En el 97 se lanza la wifi 56 años después de que la bella actriz y científica Hady Lamarr sentara sus bases tecnológicas. Y en el 98 Google, que con su simplicidad bestial pasó del cero al infinito barriendo en pocas semanas a toda su competencia. Y otro hecho relevante, el Messenger en el 99 que cambió la forma en que nos relacionábamos en el trabajo y fuera de él. Recordemos que en ese momento los móviles solo servían para partir nueces y hablar por teléfono…

Con el nuevo siglo parecía que todo estaba inventado, pero no. En 2001 nace la Wikipedia y provoca el cierre de encarta, que a su vez había provocado el fin de las enciclopedias. Se presenta la primera XBOX y la peseta deja paso al Euro. En 2002 surge LinkedIn, y en 2004 Facebook. El concepto red social personal y profesional eclosiona, y todos nos lanzamos a recuperar nuestro pasado y orientar nuestro futuro. 2005 es el año de YouTube y 2006 el de Twitter, pero lo que da una nueva dimensión a nuestra vida es el lanzamiento en 2007 del primer smartphone; Iphone. Otro hecho reseñable es que por aquel entonces todavía leíamos libros en papel (algunos seguimos haciéndolo) y, aunque ya existían libros electrónicos, Amazon con su Kindel con tinta electrónica cambia la forma de leer, y ni el mundo editorial ni los viajes en metro, vuelven a ser lo mismo.

En 2008, el móvil se convierte en el centro de todo, y se empieza a usar para todo, incluso para hablar. Cambiamos las costumbres y lo tradicionalmente imprescindible se queda obsoleto. Ese año Spotify no solo se carga la descarga pirata sino toda la industria de la música. El GPS reduce los clásicos mapas de carretera a un vestigio del pasado. Los bitcoins surgen de la nada y aunque todavía no son nada, poco a poco empiezan a ser todo. 2009 es el año en el que además de morir Michael Jackson nace WhatsApp, y de nuevo todo vuelve a empezar. Hasta ahora no he mencionado el hecho de que muchas empresas prohíben explícitamente a sus empleados el acceso a redes sociales, y de que años después y ahora con la excusa de la ciberseguridad, siguen empeñados en poner puertas al mar. Porque sí, sigue siendo una realidad presente sin futuro, y no digo más. Lo dejo ahí…

2010, nueva década. Empresas como Google o Amazon que hace muy poco casi ni existían, entran en el top ten de las empresas con mayor capitalización bursátil del mundo.Zara lanza su tienda online y es tal el éxito que se plantea ofrecer sus servicios solo en ese canal. En 2011 todo es nube y todo empieza a ser más gaseoso. En 2013 sale Wallapop y se merienda el mercado de segunda mano, literalmente. Faltan 8 años para el covid pero empiezan a surgir aplicaciones que ayudan al trabajo presencial como zoom o el hangouts de Google, que se presentan en 2013.  Teams fue en el 2017, no lo olvidemos.

Ni nuestro entorno laboral ni personal se asemeja ya al de nuestros padres. Netflix como plataforma de contenidos surge en España en el 2015, y cambia la forma en que consumimos contenidos. La compra online la tenemos interiorizada y muchos negocios tradicionales como El Corte Ingles o Ikea invierten millones en dar el salto. Muchas empresas se preparan para la transformación digital con políticas de teletrabajo y flexibilidad laboral, y eso les permite afrontar la pandemia de años después con absoluta naturalidad. Todo cambia muy rápido y se empieza a hablar mucho del valor de los silvers. TikTok surgido en 2018 es un fenómeno inexplicable que barre con todo, y una vez más todos intentan entenderse sin entender nada. Y muchos más que darían para uno ovarios libros…

Y aquí nos encontramos, en pleno 2021 hablando con naturalidad de trolls, fakenews y ciberbullyng, sin entender que estos son new times. La pandemia nos ha demostrado que se puede trabajar alejados, pero muchas empresas no se fían y prefieren tenerlos cercados y acercados. La responsabilidad sostenible ya no es una opción, y muchos empiezan a ver que los trabajadores son los verdaderos motores de cambio. Hay tantos trabajos que van a desaparecer y tantos otros que van a surgir que el mundo laboral nunca volverá a ser el mismo. El modelo de contrato laboral presencial que llevamos arrastrando desde los tiempos de la revolución industrial lleva demasiado tiempo obsoleto. Hace mucho que el poder de las grandes compañías no es ni de cerca un elemento atractor o conservador de talento. Pfff, y ya, que esto daría para mucho o muchísimo; de si los robots nos van a sustituir, si se puede trabajar para varias empresas a la vez, si nos debemos jubilar antes o después, que si  el teletrabajo puede ser la solución a la España o a la tierra deshabitada, si podría existir una jornada laboral de cuatro horas… De momento nos quedamos con que nadie sabe hacia dónde va el futuro, pero que la forma de estar ahí es tener ojos y mente abierta. Y si no, no se estará.

Artículo publicado originalmente en Misterhello.com

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