¿Cuáles son los pasos fundamentales para la elaboración de un mapa de actores claves que ayude a la gestión de un asunto público?
Con esto nos referimos a la elaboración de un mapa completo, con todos los actores involucrados (directa o indirectamente) en ese asunto, correctamente identificados y caracterizados, y que sea potencialmente dinámico.
Para la realización de ese mapa hay que abordar dos grandes grupos de tareas:
1. Es muy importante tener claro el tema, asunto o el problema que los convierte en clave para el trabajo. ¿Cuál es exactamente nuestro objetivo? ¿Qué nos proponemos conseguir? ¿Qué tipo de gestión de public affairs queremos hacer en este caso concreto? Plantear bien el problema es básico, pues de ello dependerá que quienes integran el mapa sean unos u otros actores, así como el posterior trabajo que habrá que desarrollar con cada uno de ellos.
2. Tras plantear correctamente el asunto que debemos gestionar, habremos de identificar a los distintos actores, para lo cual han de seguirse los siguientes pasos:
- Listar actores potenciales;
- Enfocar o especificar (llegar a las personas concretas que nos interesan dentro de cada organización, institución, empresa…);
- Caracterizar (según sus intereses, motivaciones, posición y nivel de influencia de cada uno de ellos en relación con el asunto público de nuestro interés);
- Categorizar (según los consideremos aliados, afines, oponentes, adversarios…).
Este mapa será potencialmente dinámico, pues nos permitirá mover a los actores de una a otra categoría según el trabajo que hayamos realizado con ellos. Así, un oponente puede pasar a ser un indeciso, o un afín podemos tenerlo, con el tiempo, como aliado.
Parece una tarea compleja y, ciertamente, lo es. Sin embargo, una buena gestión de asuntos públicos, especialmente en sectores complejos o regulados, requiere de este paso previo si se quiere que el diseño estratégico y el posterior plan de acción se implementen con alguna garantía de éxito, mirando siempre al objetivo final que nos hayamos trazado.