Septiembre comienza con nuevos retos, es un mes que me recuerda un poco a enero… La ilusión y las ganas de hacer las cosas bien, de alcanzar nuestras metas y superarnos es el motor que nos impulsa adelante tras las vacaciones. El problema viene cuando vemos que nada cambia y nos invade el tedio y la desilusión.
¿Qué podemos hacer para llegar a fin de año con la sonrisa de la victoria en la cara? Hoy comparto diez consejos que nos pueden ayudar:
- “Al que madruga Dios le ayuda”. Ya lo decían las abuelas, pero es verdad… Levantarse temprano, con tiempo para desayunar y salir cinco minutos antes de casa nos puede evitar el típico estrés matutino.
- A nadie se le ocurre echar a andar un coche sin gasolina, ¿no? Pues lo mismo, sin desayuno es imposible empezar bien el día.
- Mejor llegar cinco minutos antes que cinco minutos después. Esto, además, ayuda a nuestra marca personal. Dicen los expertos… ;)
- Establece prioridades. ¿Qué tengo que hacer cada día? Tras revisar el correo electrónico por la mañana y preparar un to do list hay que priorizar, aunque a veces nos gane lo urgente contra lo importante…
- Traza un plan y, con flexibilidad, ajústate a él lo más posible. Sin un plan y una estrategia es muy fácil perder el norte.
- Mantén reuniones periódicas, cortas y ejecutivas con tu equipo de trabajo (superiores, inferiores, subalternos…)
- Sonríe. ¿De verdad hay motivos para ir con mala cara todo el día? Tenemos trabajo y eso ya es motivo de alegría. Además de generar buen clima laboral, es más fácil conseguir que se cumplan los objetivos de la empresa con una sonrisa en la cara que con malos modos.
- Pierde el tiempo con la gente. ¿Cómo? Sí, pierde el tiempo, interésate por tus compañeros de trabajo. No hay nada peor que vivir en un ambiente en el que se respira indiferencia.
- Trabaja mucho y con intensidad. ¡Pero si acabo de decir que hay que perder el tiempo! Bueno, una cosa no está peleada con la otra. Hay que trabajar intensamente y no “marear la perdiz” como dicen por ahí…
- No te olvides de la vida personal pero asegúrate de estar disponible. Familia, amigos, trabajo, estudio, deporte… Todo tendría que ir encontrando el equilibrio, pero la época en la que estar sentado frente al ordenador contaba ha pasado, ahora el presentismo no vale, cuenta la disponibilidad (a veces 24/7) y cumplir los objetivos.