La preeminencia del mundo digital ha hecho brotar nuevos modelos de liderazgo y, aunque no hay recetas mágicas que aseguren a una organización el éxito en su proceso de transformación digital, la comunicación en redes sociales es sin duda una herramienta de primera magnitud. Puede parecer una tautología pero no lo es en absoluto: hoy el liderazgo hay que buscarlo, forjarlo y acrecentarlo (también) en las redes sociales, pero no mediante puntuales jugadas tácticas o acciones basadas en juegos de artificio. El verdadero liderazgo se consolida si está fundamentado en valores y en capacidades. Conocer unos y otras es clave para las empresas tanto a la hora de detectar posibles líderes internos naturales, como para la captación de talento externo por parte de los departamentos de Gestión de Personas.
8 tips claves para identificar y acrecentar el liderazgo en la era digital son :
-Vivir y trabajar con pasión. Aparece siempre en el top 3 de las cualidades consustanciales al liderazgo. La pasión es la llama que guía a los grandes líderes inspiradores (Gates, Jobs, Zuckerberg así lo han confesado de manera reiterada). La pereza o la desidia están en las antípodas de un líder digital.
–Contar historias. Traducir las ideas a un relato coherente, compacto, innovador e ilusionante resulta decisivo, ya se trate de dinamizar un debate, reforzar la moral del equipo o construir el discurso para una presentación interactiva.
–Actuar conforme a valores. Los valores y comportamientos del líder en la presente era digital han de ser tan indelebles como la huella dactilar. Actuar conforme a valores es crucial para infundir credibilidad y ganar respetabilidad.
–Nunca perder la curiosidad. Las personas curiosas exploran, se arriesgan y suelen ser las primeras en empaparse de las novedades, lo que las convierte en punta de lanza de la innovación.
–Poner en valor las aportaciones de otros. En el caso del liderazgo digital, este no llega con el cargo sino con el número de seguidores, contactos y ‘fieles’ logrados en las redes sociales (internas y externas), y para ello hay que compartir información y poner en valor las aportaciones de otros, independientemente de su jerarquía. Nunca apropiarse de las ideas ajenas pero sí capitalizar los hallazgos del equipo.
–Trabajar la empatía. Empresas y líderes han de empatizar con sus públicos objetivos si quieren que estos abracen sus mensajes. La sociedad actual no pide a sus líderes que sean perfectos ni que oculten sus puntos débiles; les pide que sean capaces de trabajar desde los valores y en sintonía con las distintas sensibilidades sociales.
–Cultivar el sentido del humor. Las personas serias, incapaces de relajarse o con dificultad para encajar una broma deben trabajar el doble para encandilar a un auditorio que las personas que ríen y hacen reír.
–Reconocer errores y rendir cuentas. Internet es un medio raudo, de una extrema aceleración, y la presencia en redes sociales implica que se está más expuesto a cometer errores o imprecisiones. Cuando esto ocurre hay que reconocerlo y rectificar, conscientes de que la imperfección forma parte del ADN humano y por tanto permea el día a día de las organizaciones.