Quedan menos de siete días para elegir a nuestros 61 representantes en el Parlamento Europeo y la tónica de la campaña cumple con las expectativas: algo de incertidumbre, no mucha – y más en las posibles alianzas y coaliciones en Bruselas y Estrasburgo que en los números de unos y otros – y, sobre todo, un combate dialéctico que nos acerca más a la Carrera de San Jerónimo que a la siempre gris Rue de la Loi. Que las elecciones europeas se ven con una oportunidad para castigar a los Gobiernos no es nuevo y el CIS nos recordaba hace poco que dos de cada tres votantes lo hará pensando en clave nacional.
Aun así, en ATREVIA llevamos casi 10 años haciendo pedagogía desde Bruselas sobre lo relevante que es para ciudadanos y compañías lo que se debate y vota allí. Y además tendemos a ser entusiastas y optimistas, así que vamos allá:
Apenas un mes después de las elecciones se celebrará el primer pleno de la nueva legislatura, el 16 de julio. Antes los grupos políticos y los partidos habrán negociado y repartido comisiones, cuya actividad se iniciará la semana siguiente, el día 22.
Es posible, incluso, que los líderes de los Estados miembros hayan pactado ya el reparto de los principales cargos, o top jobs, antes de ese primer pleno. La actividad en el Parlamento en Bruselas para por completo las semanas previas a una cita electoral, si, pero luego todo se desarrolla a una velocidad de vértigo.
¿Qué sucede con la regulación que no se pudo aprobar?
Las votaciones en Pleno previas a la cita electoral se retoman allí donde se dejaron. Los eurodiputados continúan hacia la siguiente etapa del Procedimiento Legislativo Ordinario, ese complejo sistema de intercambio de posiciones entre Parlamento (siempre ambicioso de más, por lo que pueda pasar) y Consejo de la Unión Europea (siempre precavido de más, por lo que pueda pasar) bajo la atenta mirada de la Comisión.
Si no ha llegado a Pleno la cosa, al menos procedimentalmente, cambia. El Parlamento no ha fijado una postura a través del Pleno y hay que volver atrás con ciertos matices, ya que el presidente y los líderes de cada grupo pueden acordar continuar con el trabajo previo. Dependerá de cada caso aunque es lo habitual.
¿Cuáles son esos asuntos que se han quedado a medias?
Durante la Presidencia española, segundo semestre de 2023, se cerraron un buen número de expedientes. Lo mismo sucedió durante la Presidencia belga, que a pesar de ser más breve por la convocatoria electoral pudo cerrar grandes asuntos. Aún así, la agenda volverá cargada a partir de ese 16 de julio de Pleno parlamentario. Estos son algunos de los principales asuntos a retomar:
– Directiva sobre residuos textiles y alimentarios.
– Directiva sobre la transparencia de la representación de intereses en nombre de terceros países.
– Reglamento sobre indicaciones geográficas de vinos, bebidas espirituosas y productos agrícolas.
– Reglamento de prevención de la pérdidas de gránulos para reducir la contaminación por microplásticos.
– Directiva sobre responsabilidad civil por daños causados por la IA.
– Reglamento de aplicación del Reglamento General de Protección de datos.
– Iniciativa de Cielo Único Europeo.
– Reglamento sobre la prestación de servicios de euros digitales por proveedores de servicios de pago en Estados miembros fuera de la Eurozona.
– Reglamento relativo a los vegetales obtenidos con determinadas técnicas genómicas.