La puesta en marcha de una nueva Política Agrícola Común (PAC) y la adopción de la estrategia “De la granja a la mesa” se postulan como elementos clave para el futuro del sector agrícola de la Península Ibérica, por lo que es necesario conocer en profundidad cuál es la postura de los gobiernos español y portugués, así como de sus eurodiputados con relación a su sector primario.
Esta semana es de gran importancia para el sector agrícola europeo, dado que en la reunión del Consejo de Agricultura de la UE y en la sesión plenaria del Parlamento Europeo se han discutido temas que afectarán al futuro del sector. En la reunión del Consejo de Agricultura, los ministros del ramo de los 27 Estados miembros han adoptado una serie de medidas en relación con la estrategia “De la granja a la mesa” y la PAC. De este modo, han respaldado el objetivo de la estrategia de desarrollar un sistema alimentario europeo sostenible, desde la producción hasta el consumo, contribuyendo al objetivo principal del Pacto Verde de contribuir a la neutralidad climática de la UE para 2050. Además, los Estados han acordado una reforma de la nueva PAC a partir del 2021 para tener en cuenta los desafíos medioambientales y climáticos con normas vinculantes. Por su parte, en la sesión plenaria de esta semana del Parlamento se votarán numerosas enmiendas para definir la nueva PAC. La votación de estas durará hasta el viernes, pero ya se han aprobado varias enmiendas sobre ecoesquemas o la asignación del 4% de los pagos directos a los jóvenes agricultores por parte de los Estados miembros. Sin embargo, los eurodiputados han rechazado la inclusión de los objetivos del Pacto Verde a la PAC.
A escala nacional, el posicionamiento de España se centra en la PAC, de modo que el Gobierno espera que se implanten objetivos específicos cuantificables y que la Comisión haga una evaluación detallada del impacto económico de las propuestas de los Estados. El ministro de Agricultura, Luis Planas, ha señalado que, para lograr los objetivos, son necesarios recursos presupuestarios, tiempo y flexibilidad, y el principio de la transición justa debe incluirse en la estrategia. Por último, la postura española se caracteriza por su énfasis en prestar atención a los sectores específicos que se han visto afectados tanto por el COVID-19 como por los aranceles estadounidenses.
Por otro lado, en las últimas reuniones del Consejo de ministros de Agricultura, Portugal ha señalado la importancia de lograr los objetivos medioambientales englobados en el Pacto Verde y ha destacado que el país coincide en que el sector agrícola debe contribuir a esos objetivos. Sin embargo, estima que los objetivos cuantitativos son muy ambiciosos, por lo que se debe hacer una evaluación de impacto para poder traducirlo en propuestas más realistas. Además, considera que los requisitos deben fijarse a escala nacional, sin poner en tela de juicio la seguridad alimentaria y sin poner en peligro la labor ya realizada en los planes estratégicos.
Estas posturas nacionales también se perciben en el Parlamento Europeo a través de sus eurodiputados. En términos generales, todos muestran una actitud favorable ante el Pacto Verde y la estrategia “De la granja a la mesa”. Sin embargo, se perciben matices según el signo político: mientras los miembros del Partido Popular Europeo (PPE) y del Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) abogan por la defensa directa de la renta de los agricultores, los miembros de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde (GUE/NGL) y de Los Verdes/Alianza Libre Europea (Verdes/ALE) centran su discurso en la necesidad de proteger el medioambiente y se posicionan en contra del uso de pesticidas y fertilizantes.
En concreto, destacan varios eurodiputados que forman parte de la Comisión de Agricultura del Parlamento (AGRI). Del lado luso, Álvaro Amaro (PPE) considera que la Estrategia no tiene en cuenta las preocupaciones de los agricultores. Por su parte, Isabel Carvalhais (S&D) se ha posicionado a favor de mantener la financiación del POSEI (Programa de opciones específicas por la lejanía y la insularidad), y Francisco Guerreiro (Verdes/ALE), vicepresidente de la Comisión AGRI, es defensor de introducir opciones nutritivas vegetales en la estrategia “De la granja a la mesa”. Por su parte, entre los eurodiputados españoles destacan las voces de Clara Aguilera (S&D) y Juan Ignacio Zoido (PPE), ambos miembros de la Comisión AGRI. La socialista ha manifestado en numerosas ocasiones un gran apoyo a los agricultores y enfoca su discurso en exigir fondos adicionales para el sector. También se ha posicionado en defensa del sector del aceite de oliva, afectada por los aranceles estadounidenses. Por su parte, Zoido ha reiterado que no se deben aumentar las exigencias a los agricultores y se ha posicionado, junto con su partido, en contra de la reforma radical de la PAC.
Tanto la estrategia “De la granja a la mesa” como la reforma de la PAC aún necesitan perfilarse para poder ponerse en marcha. Por ello, un posicionamiento firme y coordinado de los gobiernos español y portugués, así como de sus eurodiputados, es esencial para que los intereses del sector primario de la Península Ibérica se escuchen a nivel europeo y se consigan los mejores resultados para sus agricultores.
Por: Ana María Martín Elvira | Nerea García Arizaleta