En la era de la instantaneidad y lo efímero, asistimos al auge de un nuevo modelo de consumidor, ciudadano y trabajador que marca el rumbo de la comunicación actual. Los millennials se han quedado atrás para dar paso a los llamados Jóvenes Z, los verdaderos nativos digitales que han nacido con un smartphone bajo el brazo y no conciben una vida previa a Internet.
En este contexto, cabe destacar la absoluta revolución que las series de televisión han supuesto para el medio televisivo en concreto y para la Generación Z en particular. Si bien las generaciones anteriores crecieron con la televisión como elemento alineador del núcleo familiar, los Jóvenes Z han construido su identidad en torno al universo YouTube y a las series de ficción que han revolucionado por completo el mundo de la producción audiovisual. La Generación Z lo quiere todo y lo quiere YA, sólo consume productos de calidad que capten su atención y (aquí viene lo realmente difícil) la mantengan. Aquí es donde entran en juego las series de televisión, que actualmente son la mejor oferta audiovisual que pueden obtener: producciones multimillonarias que ofrecen la máxima calidad de realización y construcción del relato audiovisual condensado en apenas 40 minutos. Y todo en HD.
En este proceso, resulta inevitable citar el papel paralelo que ejercen las redes sociales a la hora del consumo de series de ficción televisiva. Hoy en día, los productos audiovisuales que más triunfan son aquellos que permiten una interacción en tiempo real de sus seguidores en las redes sociales, pues crean un vínculo entre los usuarios. La experiencia televisiva ya no sólo se limita al tiempo de emisión, sino que alrededor se construye todo un universo de interacción con otros usuarios que comparten reacciones, opiniones y teorías tras cada capítulo emitido. El simple producto de entretenimiento deja paso a la socialización y la pertenencia a una comunidad, un amalgama de personas de diferente sexo, cultura y país reunidos en torno al relato seriéfilo.
Pero la influencia de las series de televisión en la sociedad no queda aquí. Un artículo publicado por el diario británico The Telegraph afirma que, en los últimos 10 años, se han incrementado en un 70% los alumnos de estudios relacionados con las Ciencias Forenses, hecho que coincidía con el auge de series como CSI, así como The Guardian se hacía eco del aumento del 20% de estudiantes de Física en Inglaterra, tras el rotundo éxito de The Big Bang Theory. Sobra decir el tremendo impacto turístico que han tenido series como Juego de Tronos en Croacia (La ciudad costera de Split ha incrementado sus turistas en un 17,6% respecto al año anterior) o Islandia (con nada menos que un aumento del 228% en los últimos cuatro años), tras convertirse en localizaciones de la serie de HBO. La revista Time incluso calificó de “efecto House” al hecho de que el 76% de los estudiantes de Medicina y el 65% de Enfermería siguiese la serie norteamericana en el momento de iniciar sus estudios.
En definitiva, todos estos datos no hacen sino confirmar el enorme impacto que las series de televisión ejercen en la sociedad actual, llegando a traspasar pantallas. La Generación Z es epicentro indiscutible de este cambio y, para llegar a ellos, no sólo tenemos que saber qué queremos decirles, sino también (como en todo relato de ficción televisiva) cómo contárselo.