Cuando hablamos del sector automoción, se nos viene siempre a la cabeza una palabra: incertidumbre. Y es que estamos hablando de una industria que se está enfrentando a numerosos retos en nuestro país, como la entrada de nuevos jugadores chinos, las nuevas y restrictivas regulaciones, otras modalidades de movilidad que están creciendo cada vez más, etc.
Pero si tenemos en cuenta que, en toda su cadena de valor, la industria de la automoción aporta aproximadamente el 10% del PIB en nuestro país, convirtiéndose en uno de los sectores más estables de nuestra economía, se hace cada vez más necesario mejorar su reputación, ya que esta se ha visto deteriorada poco a poco, llegando incluso a ‘demonizar’ el mercado.
En el II Observatorio de Automoción que organizamos recientemente en ATREVIA, una de las conclusiones que abordaron los expertos de marcas, asociaciones y medios de comunicación que participaron en el mismo fue precisamente esa necesidad de mejorar la reputación del sector automotriz, algo que no se consigue con el simple desarrollo de campañas institucionales en colaboración con los organismos públicos, que es lo que vienen haciendo las empresas y asociaciones de automoción, principalmente.
¿Qué tienen que hacer estos actores para conseguir que los ciudadanos sean también impulsores del sector, y que el verdadero mensaje que quieren transmitir no se diluya? En este sentido, la colaboración entre marcas y asociaciones se convierte en una estrategia crucial para evitar que mensajes negativos sobre la industria del motor calen con tanta intensidad en la sociedad. De hecho, cuando aparezcan este tipo de mensajes ‘poco favorables’ es fundamental que estos dos actores intervengan inmediatamente con el fin de que los ciudadanos no solo se queden con el mismo, ya que detrás hay otros mensajes que tienden a favorecen al sector.
En paralelo, la relación estable y a largo plazo con periodistas especializados en automoción también es un aspecto positivo para la reputación de esta industria, ya que estos se han posicionado como los auténticos ‘influyentes’ en la toma de las decisiones de compra de los consumidores. Estos expertos siguen proporcionado contenido de calidad y con rigor, por lo que, dada su credibilidad, las compañías de automoción y asociaciones no deben ‘despreocupar’ la relación con los medios de comunicación especializados, y tendrán que adaptarse a los cambios que están sufriendo constantemente.
El papel de las agencias también es de vital importancia en todo este entramado, ya que, entre otras cosas, contribuyen favorablemente con esas relaciones de confianza y duraderas que las marcas y asociaciones deben crear con los medios especializados. Además, aportan creatividad, proactividad, flexibilidad y rapidez, satisfaciendo las demandas de los periodistas y, por tanto, ofreciendo un valor añadido a empresas y asociaciones.
La industria de la automoción es fundamental para nuestra economía, pero también lo es para nuestra vida. Al final estamos hablando de un sector que nos permite desplazarnos de forma responsable a cualquier lugar, lo que favorece nuestra calidad de vida al mejorar la forma en la que nos movemos. Este debería ser el mensaje que cale en la sociedad. Para ello, todos los agentes que participan de forma activa en este mercado – marcas, asociaciones, medios de comunicación y agencias – deberían colaborar estrechamente para que la industria automotriz recupere la reputación que merece.